Transcripción de El Senado Responde del 14 de junio de 2010.
Yo soy ingeniero, no abogado, y actualmente me desempeño en telecomunicaciones y redes de Internet. Me apasiona trabajar en esto. Mi trabajo es hacer que unas máquinas puedan hablar e interactuar entre sí para proveer soluciones de telecomunicaciones. Debido a que estos equpos no tienen un cerebro como el humano, se les deben dar una serie de instrucciones y reglas muy exactas y definidas que las máquinas acatarán al pie de la letra, a pesar de que estas reglas estén mal. Por eso los ingenieros tenemos visiones globales. Ponemos a prueba nuestra capacidad de hablar sin cometer errores, pues, si los equipos se equivocan el error es de nosotros.
Aunque algunas de estas reglas son propias de una marca y se mantienen privadas, otras están publicadas (como las de Internet) y deben seguirse al pie de la letra para que entre equipos de diferentes fabricantes puedan transportar tus bits hacia la nube. Son documentos extensos y detallados, difíciles de seguir. Debemos tener una capacidad profunda de análisis y amplia para plantear escenarios de «peor caso» y adelantarnos a las fallas.
Lo descrito anteriormente tiene una similitud con las leyes. Las leyes se comparan con esas reglas y se puede comparar a los humanos como las máquinas que se sujetarán a esas especificaciones. Por eso me he atrevido en los últimos tres posts a criticar iniciativas de ley, desde mi personal punto de vista y sobre las cuales tengo conocimiento de causa.
Más allá de eso, he discutido con amigos muchas ideas en pro de México y de mi persona. Algunas han sido planteadas por ellos y otras por mí, en muchos casos sin haberlas oido previamente.
Decía que me apasiona trabajar en redes de Internet. Internet es una herramienta que ha costado millones de dólares a miles de empresas e instituciones pero que, entre otras cosas, ha permitido la comunicación abierta de la gente. Siempre soñé con poder escribirle un mensaje de correo electrónico a gente conocedora que no está a mi alcance para conocer de primera mano sus opiniones. Leer los comentarios de personalidades como Richard Stallman, Linus Torvalds y otros, que son auténticos genios y líderes de lo que hoy conforma el Movimiento de Software Libre, me permite conocer lo que existe dentro de su cerebro, empaparme de su modo de pensar y formarme mi propia opinión con la certeza de saber que sus comentarios no han sido manipulados y provienen directamente de sus brillantes mentes.
El lunes culminó un experimento en mi país que me ha dejado perplejo de emoción: muchas preguntas que yo tenía fueron escuchadas y contestadas por una persona que está en el meollo de lo que ocurre entre los peleoneros del Congreso, entre los que tienen o deben tener, un conocimiento amplio y profundo de las leyes de nuestro país, así como de sus mecánicas de legislación.
No sé cómo se organizó este ejercicio, pero sé que sin Internet esto no hubiera sido posible. A través de uno de los productos Google se plantearon, durante dos semanas, preguntas que serían respondidas directamente por el Presidente del Senado de la República, el Senador Carlos Navarrete (@navarretecarlos). Abiertamente pudimos votar por las preguntas. Yo me enteré tarde como para tener suficientes votos (a 2 días de terminar el plazo), así que no publiqué preguntas, pero voté por las que me parecieron mejores. Conforme votaba me di cuenta de que eran preguntas planteadas por mí mismo hace algún tiempo. Aunque no publiqué preguntas, me sentí representado por las preguntas de otros internautas. Inquietudes como el ACTA, la adopción de software libre, la simplificación de impuestos, los salarios de los legisladores y la eliminación de plurinominales, fueron preguntas que tuvieron mucha popularidad. Esperé ansiosamente ver el desenlace de esta actividad.
El senador respondió como corresponde. Aún cuando el ejercicio no sea decisivo en el rumbo de México y pueda decir misa, el que un senador experimente ese acercamiento de primera mano con los internautas interesados permite que conozca que existen estas opciones y comparta su experiencia con otros diputados; permite que estas tecnologías que facilitan la democratización lleguen a la cúspide de la generación de nuestras leyes; permite que nosotros sepamos de primera mano la información sin distorsión interesada y amarillista de la prensa; permite que se reduzcan los mitos; permite que nos haga solicitudes directamente a la ciudadanía; permite, vamos, ese cliché llamado «acercamiento».
Se difundió el video, se digitalizó y se subió a YouTube. Véanlo, difúndanlo, coméntenlo, compártanlo, discútanlo con sus amigos. Creo que la comunidad de internautas (la mayoría geeks) hemos hecho algo por nuestro país.
Por supuesto que tengo críticas a las respuestas del Senador, pero no los pondré esta vez, pues creo que el beneficio y lo inaudito del ejercicio supera por mucho cualquier comentario mío. Ya habrá tiempo y momento para eso.
Un saludo fuerte a @lion05 y a @pizu a quienes sigo en Twitter. También a otros twitteros que no sigo, pero cuyos identificadores escuché en el video y seguramente comenzaré a seguir. Me dio gusto sentirme parte del experimento a través de mis votos y emoción de sentirme representado con preguntas que ustedes formularon tal como existen en mi mente.
También puse la transcripción de El Senado Responde del 14 de junio de 2010 en mi servidor, por si la URL original deja de funcionar.
Creo que vale la pena, también, enlazar a la convocatoria en video a El Senado Responde.