Ni tanto que queme al santo…

Me encontré esta publicación de Diego Martín Lafuente. Después de leer el artículo y los comentarios escribí mi comentario pero resultó tan largo que pensé que valdría la pena publicarlo aquí también.

Se titula «¡Esto es tan simple!» y habla sobre la complejidad de una interfaz de usuario, citando como ejemplo a los buscadores.

Pero parece que la gente que comenta no leyó la frase más importante de todo el artículo: «simple no significa inútil» y comenzó a darse una serie de comentarios hasta que surgió el de «Knithx», que en su página puso un buscador (local) sin botón de «buscar», lo cual me pareció exagerado. Ojo: Todo eso es sin ofensa para la persona ni su diseño, ya que su sitio está muy limpio y fácil de leer.

Incluso Diego propone eliminar las «búsquedas avanzadas», con las cuales se asume que el buscador es un humano y puede adivinar exactamente lo que uno como usuario desea. Quiero entender que se refiere a esto como un ideal, pero aunque se llegue a ofrecer una funcionalidad aceptable, en promedio, nunca dejará de ser eso: aceptable y promedio.

Es decir, hay quienes escriben «ke» y ellos también usan los buscadores. ¿Desde ese punto de vista: «kiosko» está mal escrito»? ¿Por qué perjudicar a los usuarios avanzados de esta manera?

Y a continuación, cito mi comentario. Inicio.

El problema está en la pregunta.

Tipos de usuario:

1. El usuario estúpido o «tapado»: el que no sabe, y no está dispuesto a aprender. Este usuario espera ubicar el martillo sobre el clavo y que el martillo haga el resto. Por lo general, le va a echar la culpa al martillo. Este usuario esperará que le resuelvan las cosas, y quizá aprenda algo en el camino. Preferirá llamar a soporte técnico. La única manera de frenar su estupidez es cobrándole por ella.

2. El usuario dispuesto: el que no sabe, y está dispuesto a aprender. Este usuario comprende que los martillos no van a clavar un clavo por él, así que sabe que deberá aprender algo y está dispuesto a hacerlo. En no raras ocasiones compartirá algunas propiedades del usuario observador. Este usuario admirará a un gurú. Es un futuro discípulo y hasta gusto da darle soporte técnico.

3. El usuario observador: el que ya ha usado el martillo durante algún tiempo, y de repente se da cuenta de que el martillo tiene algo en forma de ye, se pregunta para qué sirve, y quizá intenta buscarle un uso o quizá preguntará a alguien más. Se le puede mostrar algún truco y no sólo lo apreciará, sino que sabrá sacarle jugo.

5. El usuario gurú: Ha usado el martillo durante un tiempo, es observador, y _se_dio_cuenta de que la magia del martillo radica en que el centro de gravedad está ubicada en la cabeza del martillo. Es capaz de aventarlo al aire dándole una vuelta sin golpearse y tal vez se molesta cuando otros usuarios (usualmente huevones [v. usuario estúpido]) lo critican por tener la curiosidad y la habilidad de hacer eso. Quizá hasta él mismo ha fabricado algún martillo simple.

6. El ingeniero de martillos: Esa es su área. Le dices que viste un martillo, se lo describes y en la cabeza ya se lo imaginó y quizá le corrigió los defectos. La línea divisoria entre el ingeniero de martillos y el gurú es muy delgada y confusa.

No es lo mismo diseñar «pensando» en el usuario estúpido, es decir, con una consulta relativamente simple, y un botón de búsqueda avanzada para aquellos que no son tan estúpidos, que diseñar «exclusivamente» para el usuario estúpido, que es cuando crees que todos los usuarios son estúpidos, con lo que le arrebatas las ventajas de la experiencia y el control al usuario gurú, perjudicando al mundo de la computación en general.

Del párrafo anterior pueden comenzar a hacer la lista de los «tipos de diseñadores de martillos».

Yo no soy partidario de la simplicidad, sino de la libertad del usuario. Si bien para algo sirve el «Enter» (y yo lo uso demasiado), si un diseñador piensa que quitarle el botón de «búsqueda» es bueno, pues que de una vez le quite la etiqueta de «búsqueda» a la búsqueda, ya que –según él– todos los usuarios buscan una cajita blanca, y esperemos en Dios que nunca se quede ciego. Si con este razonamiento decide regresarle la etiqueta «búsqueda», y va a dedicarle un espacio en la página a esta etiqueta, que no lo desperdicie y que lo haga botón.

A final de cuentas hay que equilibrar todo. Ni exageradamente minimalista que llegue al estúpido «monocromo azul» de Yves Klein, ni exageradamente lleno de cosas que parezca página portal de MSN. Después de todo es cuestión de enfoques. Pregúntale a un ingeniero y a un arquitecto qué es más importante, que un edificio esté bonito, o que no se caiga. Ahora pregúntale a los que visitan el edificio y a los clientes.

–Octavio.


Comentarios

Ni tanto que queme al santo… — 2 comentarios

  1. Arquitecto = que no se caiga el edificio
    Cliente = que salga barato
    Usuario = que esté bonito (bueno y que no se caiga también jajaja)

    Estoy de acuerdo las cosas ni tan minimalistas ni tan recargadas. Luego lo que es obvio para alguien no lo es para otra persona.

    Saludines *:D

  2. Pingback: Minid.net » Blog Archive » Lo simple también es potente

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