Anécdota de la puerta que azota

Aquí en la oficina el equipo trabaja en una oficina común de 7 personas. La puerta tiene de esas bisagras para que se cierre sola. Por causa de esa bisagra, cuando uno sale de la oficina, la puerta suele azotar. Entonces, cuando yo salgo, tengo la costumbre de detener la puerta con el pie para que choque con mi pie y la puerta no azote tanto. Como ya me aprendí de memoria la puerta no necesito voltear, así que esto de poner el pie lo hago de espaldas.

Pero hoy…

Voy saliendo, pongo el pie y no siento la puerta. Yo de espaldas a la puerta. Y entonces hago el pie más para atrás, para sentir qué pasó. Y no siento la puerta… Entonces volteo, y había un compañero que también estaba tratando de salir… Detuvo la puerta y me pregunta «¿qué pedo contigo?»

… y yo como caballo pateando para atrás.


Comentarios

Anécdota de la puerta que azota — 2 comentarios

  1. hijole y da una pena, al menos tu no le golpeaste con la puerta en la rodilla al de atras, como a mi paso con una de esas portezuelas con resortes que hay en algunas oficinas

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